Cómo funciona el sistema de salud en Chile: Lo que necesitas saber

El sistema de salud en Chile es uno de los más desarrollados y estructurados de América Latina, con una combinación de opciones públicas y privadas que buscan garantizar el acceso a servicios de salud para toda la población. Sin embargo, este sistema tiene características particulares que pueden ser complejas de entender. En este artículo, exploraremos los aspectos más importantes del sistema de salud chileno, desde su organización hasta los servicios de atención y los desafíos que enfrenta.

1. Estructura del sistema de salud en Chile: Público y privado

El sistema de salud chileno está compuesto por dos sectores principales: el sistema público y el sistema privado. Ambos sectores coexisten y se complementan, aunque presentan diferencias en términos de financiamiento, acceso y calidad de atención.

  • Sistema público de salud: Es administrado por el Fondo Nacional de Salud (FONASA), el cual proporciona cobertura para la mayoría de la población, especialmente aquellos de menores ingresos. FONASA recibe financiamiento de contribuciones obligatorias (el 7% de los ingresos de los trabajadores) y de fondos adicionales del Estado. La atención en el sistema público se organiza a través de una red de hospitales, consultorios y centros de atención primaria distribuidos por todo el país.
  • Sistema privado de salud: Las Instituciones de Salud Previsional (ISAPREs) son entidades privadas que ofrecen seguros de salud a quienes optan por el sistema privado. A diferencia de FONASA, los afiliados de las ISAPREs tienen acceso a una red de clínicas y hospitales privados, con una atención más rápida y una mayor variedad de servicios. Sin embargo, el costo de este sistema es más alto, y el acceso depende de la capacidad económica del afiliado.

2. FONASA: El seguro público de salud

FONASA es el organismo que administra la atención de salud pública en Chile, y su función es proporcionar cobertura a aproximadamente el 80% de la población, incluyendo trabajadores dependientes, independientes, pensionados y personas de escasos recursos. FONASA clasifica a sus beneficiarios en cuatro grupos (A, B, C y D) según sus ingresos, lo que determina el nivel de beneficios y el costo de la atención.

  • Grupo A: Personas sin ingresos o de muy bajos recursos, quienes reciben atención gratuita en la red pública.
  • Grupo B: Personas con ingresos bajos, quienes también reciben atención gratuita en centros públicos.
  • Grupos C y D: Corresponden a personas de ingresos medios y altos, quienes deben pagar un porcentaje del costo de atención en la red pública, aunque reciben subsidios parciales.

FONASA ofrece dos modalidades de atención: la Modalidad de Atención Institucional (MAI), que da acceso a la red pública de salud, y la Modalidad de Libre Elección (MLE), que permite recibir atención en el sector privado con un reembolso parcial de los costos.

3. ISAPREs: El sistema de seguros privados

Las ISAPREs son empresas privadas de seguros de salud que brindan cobertura a quienes optan por el sistema privado. La afiliación a una ISAPRE es voluntaria y se basa en el pago de un plan de salud mensual que varía según la edad, sexo y condición de salud del afiliado. Estos planes ofrecen mayor flexibilidad y acceso a una red de clínicas y hospitales privados, lo que permite tiempos de espera más cortos y, en algunos casos, una mejor infraestructura.

Aunque el sistema privado ofrece ventajas en términos de rapidez y confort, también ha sido criticado por su alto costo y por aplicar discriminación en los precios según el perfil de riesgo de cada afiliado. Además, los servicios y el tipo de atención varían ampliamente de una ISAPRE a otra, lo que hace necesario que los afiliados comparen opciones antes de elegir un plan adecuado.

4. Atención primaria y servicios de urgencia

La atención primaria es el primer nivel de contacto de los usuarios con el sistema de salud y está compuesta por consultorios, centros de salud familiar (CESFAM), postas rurales y centros de atención primaria de urgencia (SAPU). Estos centros se encuentran distribuidos en todo el país y ofrecen servicios de medicina general, pediatría, odontología, atención a mujeres embarazadas, entre otros.

Los servicios de atención de urgencia se ofrecen tanto en la red pública como en la privada. En casos de urgencia vital, todos los centros de salud, ya sean públicos o privados, están obligados a atender al paciente independientemente de su situación económica o de su afiliación a FONASA o ISAPRE. En estos casos, los pacientes suelen ser trasladados al hospital más cercano, y los costos pueden variar según el tipo de atención y el centro al que se acuda.

5. Programas de atención garantizada (GES y AUGE)

Chile implementa el sistema de Garantías Explícitas en Salud (GES), conocido también como AUGE (Acceso Universal con Garantías Explícitas). Este programa garantiza a todos los chilenos y residentes el acceso a atención médica para un conjunto de enfermedades prioritarias, independientemente de su afiliación a FONASA o ISAPRE.

Actualmente, el GES cubre alrededor de 85 enfermedades, incluyendo cáncer, enfermedades crónicas como diabetes y artritis, trastornos de salud mental y problemas cardiovasculares. Las garantías de este programa incluyen tiempos máximos de espera para el diagnóstico y tratamiento, acceso a medicamentos y cobertura financiera de los tratamientos. Esto busca reducir la desigualdad en la atención de enfermedades graves y asegurar el acceso a tratamientos especializados para todos los ciudadanos.

6. Financiamiento del sistema de salud en Chile

El financiamiento del sistema de salud en Chile se sustenta principalmente en las contribuciones obligatorias de los trabajadores, quienes aportan el 7% de su salario para el financiamiento de FONASA o su plan de ISAPRE. En el caso del sistema público, el Estado también destina una parte de su presupuesto para financiar la atención gratuita y subsidiada de los beneficiarios de FONASA.

Sin embargo, el financiamiento de salud en Chile ha sido criticado por la carga que representa para los ciudadanos de menores ingresos y por las limitaciones en los recursos de la red pública, que no siempre cuenta con la infraestructura y el personal necesario para atender a todos los usuarios de manera oportuna.

7. Desafíos y reformas del sistema de salud chileno

A pesar de sus avances, el sistema de salud chileno enfrenta importantes desafíos:

  • Desigualdad en el acceso: Existe una marcada diferencia entre la calidad de atención en la red pública y privada. Los usuarios de FONASA a menudo enfrentan tiempos de espera más largos y acceso limitado a ciertos servicios especializados.
  • Escasez de personal e infraestructura: En algunas zonas rurales y regiones menos desarrolladas, el acceso a servicios de salud es limitado debido a la falta de hospitales, clínicas y personal médico.
  • Ajustes en el sistema de ISAPRE: El sistema privado también ha recibido críticas por el costo elevado de los planes y por la discriminación en los precios de las primas. Recientemente, el gobierno ha impulsado reformas para regular mejor las ISAPREs y garantizar mayor transparencia y equidad.

Conclusión

El sistema de salud en Chile combina elementos públicos y privados, ofreciendo a los ciudadanos diferentes opciones de cobertura y atención médica. Aunque se han logrado importantes avances en el acceso a servicios de salud, persisten desigualdades y desafíos que requieren soluciones estructurales. Comprender el funcionamiento de FONASA e ISAPRE, así como las garantías de programas como el GES, es esencial para todos los residentes de Chile, quienes, a pesar de las complejidades, pueden beneficiarse de un sistema de salud en constante evolución.